Lo mejor es no comprar un andador. Los expertos en seguridad y los profesionales de la salud desaconsejan encarecidamente el uso de andadores, por la cantidad de accidentes y lesiones que provocan.
Los andadores son peligrosos porque proporcionan a los bebés una velocidad y una altura adicionales y les dan acceso a muchos peligros. Además, son inestables en superficies irregulares. En Canadá, la venta de andadores está prohibida.
La mayoría de las lesiones se producen por caídas, cuando el andador se vuelca y el bebé sale despedido hacia abajo, o se estrella contra muebles, calefactores u hornos.
También aumenta el riesgo de que el bebé se queme con objetos que antes estaban fuera de su alcance, como velas y tazas de bebidas calientes. Un andador también permite que tu bebé alcance los venenos del hogar, como el perfume o el alcohol, dejados a un nivel previamente seguro.
Tal vez pienses que si tu bebé está ocupado en su andador, puede dejarse sin vigilancia durante periodos cortos. En realidad, es necesario un cuidado adicional cuando tu bebé está en un andador. Incluso con supervisión, es fácil que se produzcan accidentes en los andadores. Un bebé en un andador puede desplazarse un metro por segundo, por lo que puede ocurrir un accidente antes de que puedas detenerlo.
Es más seguro dejar a tu bebé en el suelo en una habitación libre de peligros.
Los andadores para bebés no ayudan a tu bebé a aprender a caminar. Utilizarlo demasiado puede incluso retrasar un poco su desarrollo. Tu bebé necesita aprender a rodar, gatear, sentarse y jugar en el suelo para alcanzar sus hitos de desarrollo.
Los vendedores deben ofrecerte unas directrices de seguridad claras cuando vendan un andador. Los andadores deben cumplir la norma BSEN 1273:2005. Si alguien te sugiere un andador para tu bebé, mira primero otros juguetes adecuados para su edad. Una buena alternativa para los bebés activos y curiosos son las estaciones de juego para bebés o los ejercitadores estáticos. También puedes dejar que tu bebé se ejercite en el suelo.