La ciencia es clara, además de ser divertido, aprender a tocar música tiene una amplia gama de beneficios, incluyendo la mejora de la memoria y la coordinación muscular. Aunque no hayas tenido la oportunidad de aprender música de pequeño, ¡nunca es tarde para empezar. En este artículo de Centro La fabrica te damos algunos consejos para empezar a aprender música de adulto:
Elige la música que te gusta
Cuando te decidas a aprender música, elige un instrumento y una música que ya te gusten. Si eliges algo que te guste y te interese, te será más fácil mantener la motivación para practicar y te divertirás más. ¿Siempre te ha gustado la idea de tocar el piano? ¿Te gusta el sonido del clarinete? ¿Quieres tocar la batería en un grupo de rock? También deberías elegir un instrumento que se adapte a tu estilo de vida.
Si estás en constante movimiento, elegir un instrumento más portátil como el clarinete puede ser preferible. Si tienes paredes finas y vecinos malhumorados, un piano digital con volumen regulable puede ser lo más adecuado.
Cuando elijas tu repertorio (la música que vas a tocar), piensa primero en la música que te gusta. ¿Tiene una canción favorita? ¿Siempre te ha gustado escuchar a Mozart? ¿Te encanta la idea de poder improvisar un solo de jazz? ¿Por qué no ves lo que te costaría aprender estas cosas? Si una pieza está más allá de tu nivel en este momento, considera versiones más fáciles, o música similar que no tenga un nivel tan avanzado. Por ejemplo, hay muchas versiones abreviadas de clásicos como la Sonata Claro de Luna de Beethoven y la Fantasía Impromptu de Chopin.
Establecer objetivos
Establece objetivos realistas sobre lo que quieres aprender y el tiempo que puedes dedicar a practicar. Establecer objetivos te ayuda a mantenerte centrado y te permite hacer un seguimiento más fácil de tus mejoras. Cuando establezcas tus objetivos, piensa por qué quieres aprender música en primer lugar: ¿Es un pasatiempo divertido para hacer en casa? ¿Quieres improvisar con tus amigos músicos? A continuación, piensa en el mapa para conseguirlo. Te recomendamos que utilices el sistema SMART para establecer tus objetivos:
- Mensurable: tu objetivo debe ser mensurable, ¿puedes saber cuándo lo has alcanzado?
- Alcanzable: tu objetivo debe ser realista para tu nivel de conocimientos y el tiempo que tienes para practicar. Si tu objetivo es tocar el piano como Yuja Wang en seis meses, tu objetivo no es alcanzable.
- Relevante: tus objetivos de práctica deben estar en consonancia con tus objetivos generales de aprendizaje musical. (Ejemplo: ¿necesitas leer las partituras de la guitarra para tocar el piano en las cenas para tus amigos?)
- Limitado en el tiempo: el objetivo debe tener una fecha límite. (Ejemplo: memorizar los nombres de las notas en una semana).
Practicar con constancia
La mejor manera de alcanzar tus objetivos es practicar de forma constante. Establece un horario de práctica que te ayude a mantener el ritmo de aprendizaje. Las sesiones de práctica deben ser regulares y estar programadas de forma que se minimicen las distracciones. Las sesiones de práctica no tienen que ser demasiado largas, unos 30 minutos por sesión son más que suficientes.
Si incluso 30 minutos es demasiado tiempo, puedes buscar múltiples periodos libres en tu día en los que puedas practicar de 10 a 12 minutos. También puedes planificar varias «pausas musicales» en el día, para desestresarte antes de prepararte para la siguiente tarea del día. Aunque debes programar una práctica regular, también debes ser flexible. A veces, es posible que tengas cosas más urgentes que hacer que practicar música.
Practicar secciones o «trozos»
Si te centras en aprender secciones más cortas de una pieza musical, lo que a veces se denomina «chunking», mejorarás la eficacia de tus sesiones de práctica. El «troceado» hace que la práctica sea más digerible y que lo que aprendas se te quede grabado.
Para las secciones especialmente difíciles, puedes incluso practicar compás por compás. Para ello, practica lentamente desde el primer tiempo de un compás hasta el primer tiempo del siguiente. Una vez que domines ese compás, ve aumentando y practicando secciones de dos compases, de cuatro compases y así sucesivamente, incrementando el ritmo a medida que avanzas.
Dependiendo de la duración de tus sesiones de práctica, es posible que sólo aprendas un compás difícil cada vez, ¡pero no pasa nada! Esta estrategia, medida por medida, le ayudará en el futuro con otras secciones difíciles y le ayudará a tocar a través de las líneas de compás, una parte muy importante de la musicalidad.